11 nov 2011

Biólogos retrasaron el envejecimiento en moscas de la fruta

Científicos de la UCLA Life Sciences han identificado un gen que retrasa el proceso de envejecimiento en las conocidas moscas de la fruta. Los biólogos, que trabajan con estos insectos, descubrieron un gen que denominaron PGC-1 que aumenta la actividad de las mitocondrias, las organelas generadoras de la energía, las cuales parecen controlar también cuándo las células entran en apoptosis. 
"Tomamos este gen y aumentamos su actividad en diferentes células y tejidos de la mosca y nos preguntamos si esto afectaría el proceso de envejecimiento", dijo David Walker, profesor asistente de biología integrativa y fisiología en la UCLA y autor principal del estudio. "Hemos descubierto que cuando se activó al PGC-1 en el tracto digestivo de la mosca, ésta aumentaba significativamente su vida.”

“También estudiamos las neuronas, los músculos y otros tipos de tejido pero no encontramos allí prolongación de la vida. Esto nos diría que hay algo importante sobre el aparato digestivo de estos insectos que lo correlaciona directamente con la longevidad."

La investigación aparece en la edición en línea actual de Cell Metabolism, la revista líder en su campo, y se publicará en una próxima edición impresa. Los co-autores son del laboratorio de Walker, del Instituto Salk para Estudios Biológicos en La Jolla, California, y el departamento de biología en la Universidad de California en San Diego.
"Mediante la activación de este gen en el tejido intestinal de la mosca, se vio que dicha causa producía el efecto de retardar el envejecimiento del intestino y que a su vez tiene un efecto positivo en todo el animal.", dijo Walker, miembro del Instituto de Biología Molecular de la UCLA.

"Nuestro estudio muestra que el aumento de la actividad del PGC-1 en el intestino puede retardar el envejecimiento, tanto a nivel celular como a nivel de todo el animal."

Los biólogos retrasaron el envejecimiento de los intestinos de las moscas y extendieron su vida hasta en un 50 por ciento. Las moscas de la fruta o Drosophila melanogaster, tienen una vida útil de alrededor de dos meses. Ellas comienzan a mostrar signos de envejecimiento después de un mes de vida. Son un gran modelo para estudiar el envejecimiento, dijo Walker, porque los científicos saben cada uno de sus genes y pueden cambiarlos individualmente.

¿Qué implicancias tendría este experimento en humanos? "Todos pensamos en extender la vida del cerebro y el corazón, no del intestino; pero éste es un tipo de tejido vital para un envejecimiento saludable", dijo Walker. "Si algo va mal con las mitocondrias en las células, las consecuencias podrían ser devastadoras, y si algo va mal con nuestro intestino, también habrá consecuencias devastadoras para otros tipos de tejidos y órganos.

No sólo es el intestino esencial para la absorción de nutrientes que son una fuente vital de energía, sino que representan una barrera importante que nos protege de toxinas y agentes patógenos en el medio ambiente. El intestino tiene que estar en buen estado si queremos tener una óptima calidad de vida

"Nadie sabe qué causa el envejecimiento a nivel celular o de tejido", dijo Walker. "A medida que envejecemos, nuestras mitocondrias son menos eficientes y menos activas. Esto tiene consecuencias de gran alcance, ya que la disminución de las mitocondrias acarrear que todas nuestras funciones celulares se vean comprometidos. Sin embargo, no podemos decir que esto es la causa del envejecimiento".

El gen PGC-1 activa las mitocondrias celulares y regula la actividad mitocondrial en mamíferos y también en las moscas. El gen es un blanco potencial para los productos farmacéuticos para combatir enfermedades relacionadas con la edad, dijo Walker.

El estudio plantea la cuestión de si el aumento de la actividad mitocondrial es una estrategia efectiva para retrasar el envejecimiento. Si es así, un aumento en la actividad del gen PGC-1 puede ser la clave, dijo Walker.

La primera pregunta que Walker y sus colegas se hicieron fue si la función del PGC-1 de la mosca de la fruta la misma que en los mamíferos. Ellos, efectivamente, parecen haber encontrado que sí.

Cuando aumentaron los niveles del gen PGC-1 en la mosca de la fruta descubrieron que esto hizo que las mitocondrias fuesen más activas. Luego, probaron si impulsar la actividad del PGC-1 podría retardar el envejecimiento y, de nuevo, se encontraron con que lo hizo, cuando se concentraron en el tracto digestivo de la mosca.

La investigación de Walker fue financiada por los Institutos Nacionales de Salud y la Ellison Medical Foundation. Walker is an Ellison Medical Foundation New Scholar in Aging..

Artículo fuente de la traducción: Science Daily

5 comentarios:

Turan dijo...

Parece que estamos cerca de tantas cosas... espero que el estudio tenga continuación, y que puedan trasladar los resultados obtenidos en el sistema digestivo al resto de los tejidos. Enhorabuena por el blog, saludos.

Federico Montero dijo...

¿El envejecimiento no estaba relacionado con la cantidad de telómeros que poseía el ADN? Ya que estos se encontraban en las 'puntas' del ADN y la ADNpol no las podía polimerizar.

marianomlanzi@gmail.com dijo...

Hola amigos:
Ante todo, gracias a ambos por comentar.
Federico, por lo que interpreté, dice lo de las mitocondrias; aunque los temas biológicos no son justamente mi fuerte.
¡Saludos!

Lucy Morales dijo...

Un descubrimiento muy interesante, aunque no tenga incidencia directamente sobre las neuronas y los musculos, al menos el gen PGC-1 aumenta de alguna manera la actividad de las Mitocondrias y el retardar el envejecimiento del instestino genera que los demás organos se mantengan en buen estado produciendo un efecto positivo general,de por si ya eso es excelente!

marianomlanzi@gmail.com dijo...

Hola Lucy. Gracias por comentar.
Yo también lo entendí así. No parece ser algo directo pero aparentemente funciona en todo el organismo. De todas maneras recién van por las moscas de la fruta.
Saludos!