7 nov 2016

¿Están los extraterrestres entre nosotros?

En toda la extensión del planeta Tierra ha habido gran cantidad de casos donde se reportan supuestos avistamientos OVNI (en clara referencia a objetos extraterrestres, a los objetos voladores no identificados). Además, sumado a esto se cuentan miles y miles de narraciones de abducciones y de contacto directo con seres de otros mundos, con extraterrestres o alienígenas de diferente morfología. Aunque, debemos aclarar antes de continuar con el relato que todavía no hay pruebas contundentes que indiquen que el contacto se ha llevado a cabo. Vale aclarar, no hay documentación estricta que respalde estos miles de testimonios orales y escritos, de imágenes y de videos con los que se cuenta. Faltan hasta ahora datos definitivos (o al menos contundentes) de que estos supuestos alienígenas han llegado a nuestro planeta y se han mezclado entre los seres humanos.
Hace poco en una entrevista, Stephen Hawking afirmó que de existir civilizaciones extraterrestres, deberíamos evitar por todos los medios el contacto con las mismas. Lo dijo en el contexto de que estas supuestas razas extraterrestres serían, por fuerza, hostiles, invasoras. Todo ser inteligentes que llegue a la cúspide de la pirámide del dominio sobre el medio (como el ser humano en la Tierra) sería, casi con seguridad, invasor y destructor.



Entonces, el pensamiento científico en general sabe y afirma que es muy probable o altísimamente probable que la vida se haya desarrollado en otras partes del universo. La vida simple y también la vida compleja, capaz de desarrollar una civilización y evolucionar hacia formas superiores. Pero el Universo es enorme y sencillamente podría ocurrir que todavía nadie se haya percatado de nuestra presencia. Podría estar ocurriendo que la galaxia (Vía Láctea) y otras muchas estén plagadas de seres extraterrestres. Incluso cada estrella que posee planetas en la zona habitable posría contener seres vivo y organismos inteligentes capaces de desarrollar tecnología y de viajar por el espacio interestelar e incluso intergaláctico.


Por ejemplo, toda nuestra información emitida en forma de radiofrecuencias se halla aproximadamente a una distancia de 100 años luz en todas direcciones. Esto parece ser una distancia enorme, y lo es a escala del Sistema Solar, por ejemplo, que tiene unos cuantos minutos luz de diámetro; pero para la galaxia nuestra es sólo un suspiro. Se estima que la Vía Láctea mide 100 mil años luz de diámetro.

De modo que, linealmente, sólo hemos emitido información para cubrir un 0,1 % de nuestra galaxia. De manera que, si hacemos una correlación a modo de analogía, sólo hemos emitido información para comunicarnos dentro de nuestro vecindario, hacia unas cuantas casas crusando la calle del océano cósmico. Quedan decenas, cientos y miles de casas por visitar, queda el mundo entero por descubrir. El ínfimo porcentaje de estrellas analizadas por el proyecto Kepler (en busca de planetas y determinación de planetas en zona habitable) y de otros proyectos queda empequeñecido a tamaños microscópicos si entendemos que tan sólo en la Vía Láctea hay aproximadamente 100 mil millones de estrellas y que en el Universo hay aproximadamente 1 billón de galaxias. Cada una de esas estrellas puede ser un Sol para innumerable cantidad de seres vivos.



Entonces, para pasar en limpio, si nos centramos en estos números, en particular en el número de estrellas, las cuales habitan en la galaxia de manera más o menos ordenada, encontramos que en un radio de 100 años luz hay aproximadamente 500 estrellas (aquí se muestran las que se hallan a 50 A.L). Entonces, nuestra información inteligente ha llegado solamente a 500 estrellas de unas 100 mil millones que viven en la Vía Láctea como se dijo.



Este porcentaje es bajísimo y hace que la probabilidad de que hayamos hecho contacto por radio con otra civilización sea tendiente a cero. Por otra parte, también ocurriría lo mismo para las ondas de radio emitidas desde esas otras civilizaciones. Vale aclarar que el tiempo evolutivo no habrá sido igual para todas las supuestas razas, y podría ser que haya civilizaciones miles de años más adelantadas que la nuestra. Pero lo cierto es que todavía tampoco se ha recibido ninguna información radial que indique vida inteligente.

¿Debemos desestimar todas las supuestas evidencias de contacto extraterrestre?

Absolutamente, no. De todo el cúmulo de información sobre fenómenos OVNIS habrá una gran cantidad de casos falsos. Pero quedan muchos para los que todavía no se ha podido determinar su grado de veracidad. De modo que se tiene que seguir investigando en dichos casos. La ciencia nunca para. Es primordial que se siga investigando a pesar de que, como se mencionó más arriba, la probabilidad de que hayamos hecho contacto sea extremadamente baja. Lo que sí, siempre que se presente evidencia digital sobre supuestas apariciones extraterrestres, se deberían tomar a priori como falsas hasta que se demuestre lo contrario. Hoy en día se cuenta con tan variadas herramientas digitales que crear fenómenos falsos, con programas de diseño y demás, resulta muy sencillo y luego muy difícil de refutar.



Entonces, si volvemos al inicio y nuevamente nos preguntamos si los extraterrestres están aquí, la primera respuesta sería probablemente, no. Pero habrá que analizar mejor las evidencias y estar atentos .



Si evaluamos la posibilidad de que diferentes razas alienígenas hayan visitado el planeta en otros tiempos evolutivos, la cosa se complica bastante. Hay muchas teorías e hipótesis de contactos históricos o arcaicos. Una de las que más peso tiene es la que supone que una raza inteligente llegó aquí en los primeros tiempos de desarrollo del género homo, hace quizás 2 millones de años o antes, cuando prevalecían otros géneros y estábamos a punto de separarnos evolutivamente de nuestros primos cercanos los chimpancés. Bueno, esta teoría afirma que en esa época, quizás hace 7 millones de años, estos seres interactuaron genéticamente con estos especímenes antepasados nuestros y “crearon” una nueva especie destinada a dominar el mundo, nosotros.
Demostrar que esto no ocurrió es muy difícil pues toda la lógica no tiene por el momento contradicciones. El eslabón perdido no se ha encontrado, la hipótesis de la inmensidad de la galaxia y el no contacto puede refutarse diciendo que dada la gran cantidad de años que duró la evolución de la vida en la Tierra y en particular la de los homínidos, la probabilidad de contacto ya no es tendiente a cero.
Queda mucho por decir, pero ahora es el momento de dejar la pluma (o las teclas) para que la audiencia interacciones y exponga sus inquietudes.

Por Mariano Miguel

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